Poco a poco vamos cerrando el curso los alumnos de tercero y cuarto de Santa Ana. Van quedando cada vez menos días y en la recta final tras los últimos exámenes… quedan las largas tardes sin cole… tardes ya sin deberes… tardes de parque y piscina… tardes largas con olor a verano…
Sin olvidar, por supuesto, un imborrable recuerdo que deja el viaje de final de curso. Ahí arriba, en nuestro “coco” quedan almacenados, cientos de imágenes y recuerdos de cada uno de los viajes que con tanto cariño preparan nuestros maestros y maestras… Una mochila con el bocadillo unos, con el tuperware otros… Una gorra, pantalones cortos, el chándal del colegio, una cámara que guarda decenas de fotos haciendo el/ la mon@; mi pequeño monedero con la propina del abuelo para un detalle a mamá, otro a papá y si me sobra… para un helado.
No hay viaje de fin de curso aburrido… al menos yo no lo recuerdo… la emoción de empezar a viajar sin los padres por primera vez, de compartir la comida con mi mejor amigo y amiga, la de contar un pequeño secreto durante el viaje o hacer los planes para el verano que se acerca…
No importa el lugar, si está cerca o lejos, lo vivimos con tanta intensidad que parece el viaje más largo del mundo y a la vez el que más corto… Siempre un autobús que nos lleva y nos trae; cantando a coro las canciones de siempre, junto a la última canción… la que será la “canción del verano”
Así es año tras año… así ha sido este curso 21-22 en el que niños y niñas de tercero y cuarto hemos ido al teatro Arbolé, al Parque del Agua en Zaragoza… echad un vistazo aquí abajo y veréis lo bien que lo hemos pasado…